Era una fría mañana, la última del invierno de 2007, 20 de marzo, cuando las máquinas excavadoras comenzaron con el derribo de la Casa Consistorial de Guardo en un acto acelerado y a su vez premeditado, que en un principio tenía fecha para el día 26 de ese mismo mes.
Esa mañana, desafiando las frías temperaturas que imperan en Guardo por esas fechas y bajo una capa blanca que se había formado tras las últimas nevadas, multitud de vecinos se agolparon en las inmediaciones del Ayuntamiento para ver, de primera mano, un momento histórico, uno de esos momentos que no se olvidan fácilmente, el dejar atrás algo que te ha acompañado durante gran parte de tu vida.
Seguramente recordando las tardes de sol en la plaza con el edificio consistorial de fondo, posiblemente recordando los múltiples trámites que decenas de veces les llevaron a sus entrañas. La emblemática torre de piedra, símbolo municipal por excelencia, se vio reducida a escombros con el resto del inmueble, casi asemejando, el declive del pueblo al que representaba.
NUEVO EDIFICIO. Tres años después de su derribo pocas cosas están en claro con relación al nuevo edificio. De él se dice que albergará, entre otros, un auditorio para 500 personas, una sala de proyecciones dotada con pantalla de cine y videoconferencias con capacidad para 150 personas, un salón de actos. Así como galerías de exposiciones y salas con aislamiento acústico para acoger a las diversas asociaciones musicales del municipio.
Pero de eso, nada se sabe en claro aún. En julio de ese mismo año se supo que habría que esperar al menos un año más para que comenzasen las obras de la nueva Casa Consistorial en la que ya se empezaban a esbozar algunos cambios en el proyecto inicial.
En septiembre, se afirmó desde el Ayuntamiento de Guardo, que el proyecto definitivo del nuevo edificio estaría listo antes de finalizar el año. La modificación del mismo había elevado su coste por lo que la Institución municipal se vio obligada a solicitar la cofinanciación de las obras a la Junta de Castilla y León.
Trámites y más trámites hacen que tres años después, el municipio más grande de la provincia de Palencia en cuanto a número de habitantes, carezca de Casa Consistorial habiéndose trasladado casi todas sus dependencias a las instalaciones de la Casa de la Cultura, suprimiendo toda actividad desarrollada en la misma. Tres años después, seguimos sin Ayuntamiento, y lo que nos queda.