Amanecía en Madrid, miles de personas se dirigían a sus puestos de trabajo en lo que parecía una mañana más de primavera de aquel 11 de marzo de 2004. Fue entonces, cuando pasados unos minutos de las 07:30 el día cambió y pasó de ser uno más, a ser uno de los días más negros de la historia más reciente de España. Aquel día en varios trenes de cercanías de los entornos de Madrid explotaban sendas bombas colocadas por terroristas islamistas.
Desde entonces, han pasado seis largos años de la mayor masacre terrorista perpetrada en España, los atentados del 11 de marzo en Madrid. Tiempo suficiente para analizar y disipar las dudas sobre lo que ocurrió exactamente aquellos días y la escasa información que se filtró a la prensa durante aquellos días por parte del Gobierno del PP entonces en la presidencia.
El Gobierno Aznar atribuía una y otra vez la autoría de los hechos a ETA aunque reconocieron desde un primer momento en su entorno y al propio Rubalcaba que “no era el típico atentado de la banda terrorista”.
Aún así, desde el Gobierno se continuaba atribuyendo la autoría del atentado a ETA con el único fin de “tratar de llegar vivos a las urnas” según el propio Rubalcaba. Mientras tanto, la información en Internet no paraba de aumentar.
El control fue tal que el propio Aznar llamó a los principales rotativos del país para ofrecer la “versión oficial” de los hechos. Por este motivo, sólo la prensa internacional se hacía verdadero eco de lo acontecido tras el 11M.
Así las cosas, el diario ruso ‘Izvestia’ publicaba que “el Gobierno sólo reconoció la autoría del atentado a Al-Qaeda tres días después del atentado”. Por su parte, el alemán ‘Die Tageszeitung’ calificaba de “increíble” que “el Gobierno español haya intentado engañar a la opinión pública”.
MONUMENTO A LAS VÍCTIMAS. Como recuerdo a aquellas personas que perdieron la vida en el brutal atentado, coincidiendo con el tercer aniversario del atentado, los Reyes, junto con representantes del Gobierno y diversas instituciones, inauguraron un monumento en las inmediaciones de la estación como recuerdo a los desaparecidos.
El monumento se encuentra dividido en dos partes, una exterior y otra interior en la estación. Por fuera, desde la plaza del Emperador Carlos V se puede ver una gran estructura de cristal de 11 metros de altura y 9,5 de diámetro. Desde el interior de la estación se accede a la parte inferior del monumento: una gran sala azul recibe al visitante, donde se pueden visualizar mensajes en varios idiomas que se recogieron tras los atentados y que se han impreso en las paredes del monolito.
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