viernes, 19 de marzo de 2010

Apoteosis de ruido y color en las Fallas de Valencia


Las Fallas de Valencia, celebradas hoy en honor a San José, patrón de los carpinteros, son quizás una de las fiestas más populares y conocidas de la geografía nacional.


Sin duda, lo más espectacular de estas fiestas es la quema de los monumentos y los grandes espectáculos pirotécnicos en los que compaginan a la perfección luz y sonido. La picaresca y la crítica se vuelcan en dichos monumentos de tal manera que, al quemarlos, se piensa que se eliminan los problemas y males.


Casi en cada rincón de la ciudad se puede encontrar un ‘Casal Faller’, lugar de reunión de las comisiones falleras que, además de celebrar activamente las fiestas de la ciudad, también participan y organizan durante todo el año diferentes actos culturales.


Las Fallas o monumentos se clasifican en diferentes categorías según su presupuesto. Dentro de cada categoría se organiza un concurso en el que se elige la mejor Falla. Para ello se valoran las diferentes cualidades tales como monumentalidad, riesgo, temática, colorido…De igual forma se elige el mejor muñeco, el ninot indultado, que se salvará de la hoguera.


COMPOSICIÓN. Las Fallas suelen constar de una o varias figuras centrales de varios metros de altura,- superando incluso los 30 metros-, que, compuestas actualmente por corcho blanco, se sostienen en un gran armazón de madera que hace las veces de esqueleto.


Son los artistas y artesanos, denominados maestros falleros, quienes acompañados de escultores, pintores y profesionales de otros muchos oficios se dedican durante meses a construir los monumentos de las diferentes comisiones que se instalan la noche del 15 de marzo.


HITORIA. Tradicionalmente, la víspera de San José se encendían hogueras para anunciar su festividad, recibiendo esa práctica ritual el nombre de Falla.


Hay varias versiones que explican el origen de esta tradición, la más asentada es la que explica el Marqués de Cruilles que cuenta como las Fallas fueron iniciadas por el gremio de carpinteros de la ciudad que quemaban en la víspera del día de su patrón virutas y tratos viejos para dejar sus talleres limpios de cara a la primavera.


En el siglo XVIII algunas de las Fallas ya no eran simples hogueras sino monumentos satíricos y burlones en los que se exponían a la vergüenza pública y se quemaban anhelando personas y situaciones de la vida real.


Hasta principios del siglo XX las Fallas eran cajones altos con tres o cuatro muñecos de cera vestidos con ropas de tela, hasta que los artesanos incorporaron un nuevo procedimiento: la reproducción de moldes en cartón piedra.


La creación de la Falla fue evolucionando hasta la actualidad, donde la mayoría de monumentos están compuestos de corcho blanco fácilmente moldeable.


ESPECTÁCULOS PIROTÉCNICOS. La pólvora y al pirotecnia han estado muy ligadas a las fiestas valencianas desde que llegasen a la costa levantina de mano de los musulmanes. En las Fallas de Valencia los espectáculos que se llevan a cabo a través de este elemento son diversos y muy variados.


La Despertá: los falleros despiertan al resto de vecinos tirando al suelo unos petardos que explotan al golpear con el mismo u otros con mecha y de gran impacto.


La Mascletá: los petardos van unidos por mechas que están envueltas en papel para que éstas vayan más rápidas. Según la variación de las mechas, los cruces de varias filas, así como la distancia de los petardos, consiguen dar mayor o menor velocidad de disparo, que llega a su punto máximo en el terremoto final.


Castillo de fuegos artificiales: durante las fiestas falleras, el Ayuntamiento programa un Castillo de Fuegos artificiales cada noche. El más importante y conocido es ‘La Nit del Foc’ o ‘La Noche del Fuego’ que se dispara la noche del 18 al 19 de marzo, donde miles de kilogramos de pólvora iluminan el cielo de Valencia.


La noche de la quema: es una cabalgata que anuncia la llegada del fuego que quemará las Fallas. Se celebra el 19 de marzo por la tarde como preludio a la Cremá de las Fallas.


La Cremá: se concibe como el acto de clausura de las fiestas. Consiste en la quema de los monumentos falleros plantados en las calles de la ciudad el día 19 de marzo. El acto viene precedido por un castillo de fuegos artificiales, que encienden la Fallera Mayor y el Presidente de la Comisión.

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