lunes, 18 de enero de 2010

Un trazado con mucha historia


Si hablamos de la historia de un municipio, 115 años pueden parecer muy poco tiempo. Si hablamos de Guardo, 115 años definen su desarrollo industrial fruto, entre otras cosas, de la minería y de la llegada del ferrocarril al municipio norteño en un ya lejano 1894.


Hace unos días que el Tren de la Robla, -hoy FEVE-, cumplió este aniversario uniendo las localidades de La Robla en León con la vizcaína Balmaseda para prologarse posteriormente hasta León capital por uno de sus extremos y Bilbao por el otro.


Con esta actuación se incrementó la movilidad entre los municipios de la Montaña Palentina sin precedentes, -hay que recordar que Guardo no tuvo carretera hasta 1903-. La movilidad entre los habitantes de Guardo, Cervera de Pisuerga o Santibáñez de la Peña no cesaron y crecían día a día.


HISTORIA. Poca gente sabe que el trazado de vía estrecha más largo de Europa Occidental, se ideó en un primer momento como de vía ancha pero, este proyecto se descartó ya que el coste de su construcción triplicaba el de una vía estrecha.


Con todo esto, en 1890 se comenzó a redactar el proyecto al que se dio luz verde en 1891 con un presupuesto inicial de 16 millones de pesetas (algo más de 96.000 euros).


Los pueblos de la zona no quisieron dejar pasar esta oportunidad y todos colaboraron en la medida de sus posibilidades. En este caso Guardo aportó la madera del Monte de Corcos para las traviesas del trazado, las piedras de sus canteras para las cajas y los restos de su castillo para la construcción de la estación y diversos puentes.


REPERCUSIONES. La llegada del ferrocarril no dejó impasible a la zona pasando de ser eminentemente agrícola y ganadera para convertirse en un foco industrial emergente.


La población en Guardo crecía sin parar. De los 946 habitantes censados en 1887 pasaron a los 1.216 en 1900, los 2.4274 en 1940 o los 9.012 en 1970, época de máximo esplendor guardense como gran foco industrial del norte palentino con la fábrica de Explosivos a la cabeza y la s incesantes explotaciones mineras.


De igual forma se incrementaba año tras año el transporte de carbón pasando de las 26.000 toneladas en 1896 a las 500.000 en 1919 o las 730.000 de 1945, alcanzando su punto máximo en los años 60 con una media de 908.000 toneladas anuales

DECADENCIA.
La época de expansión se acabó. Los servicios eran deficientes y la conservación de la línea era inviable para la empresa dueña del trazado. Este fue el motivo por lo que en 1972 se cedió al Estado creando así FEVE, -quien mantuvo el servicio hasta 1991-, año en que por motivos de seguridad la línea que comunicaba la Montaña Palentina con León y Bilbao echó el cierre.


Diversas aportaciones de la Junta de Castilla y León, el Ministerio de Fomento y la propia FEVE llevaron a la reapertura total de la línea al tráfico de viajeros entre Bilbao y León en 2003.

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