Pos motivos de conciencia de la especie, por creencias religiosas o por costumbres culturales, son tan sólo algunos de los motivos que han llevado al hombre durante su evolución a dejar de lado el canibalismo, una práctica ancestral y un comportamiento natural en la especie humana desde su aparición sobre la Tierra.
Según las últimas investigaciones en la Gran Dolina de Atapuerca, el canibalismo era una práctica habitual entre nuestros primos ancestros. En el continente europeo, la clave de la desaparición de todo tipo de canibalismo fue el cristianismo que promulgaba esta práctica como síntoma de bárbaros. Ya en el siglo XVI, se comienza a definir el canibalismo como un rasgo de incultura y barbarie frente a sus sociedades.
Ritualización. Mientras que la ingesta de carne humana por costumbre fue decayendo, el canibalismo como ofrenda a los dioses o como intento mágico de obtener fuerza por parte del guerrero abatido fue aumentando con el paso del tiempo.
Los primeros españoles llegados a América tras su descubrimiento, observaron a los indígenas del lugar diversas prácticas de canibalismo. Allí se producía un hecho peculiar: los aztecas repudiaban la crueldad de los recién llegados porque mataban sin más a sus hombres. Mientras tanto, los primeros habitantes del continente americano, devoraban a miembros de su propia especie para, según afirmaban, “mantener el ciclo del universo”.
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