Flores, recuerdos vividos y visita a los seres queridos ya difuntos, en los cementerios, son la tónica habitual que tiene lugar cada primero de noviembre. Las tumbas de los cementerios de toda España brillan más que nunca y el colorido de las flores arroja un poco más de alegría en un lugar tan poco dado a este estado de ánimo.
Cabe recordar que la tradición del Día de Todos los Santos es una celebración cristiana establecida por el papa Urbano IV para compensar cualquier falta a las fiestas de los santos durante el año por parte de los fieles.
En los países de tradición católica, se celebra el 1 de noviembre; mientras que en la Iglesia Ortodoxa se celebra el primer domingo después de Pentecontés; aunque también la celebran las Iglesias Angelicana y Luterana. En ella se venera a todos los santos que no tienen una fiesta propia en el calendario litúrgico. Por tradición es un día festivo, no laborable.
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